Nunca me
preocupó el cómo se decidía el nombre que habría de llevar un espacio público,
ya fuesen calles, recintos deportivos o culturales, plazas, etc. Siempre pensé
que era un asunto que estaba en buenas manos, creía tener entendido que para
ello se hacían todas las pertinentes consultas, por parte de los regidores
municipales, y se meditaban, como correspondía, hasta las últimas decisiones;
incluso, recuerdo haber presenciado algún pleno municipal en el que se debatía
el nombre que llevarían una serie de calles en Cehegín.
Con todo,
entiendo que ha de ser uno de esos motivos que la ciudadanía, más allá de sus
representantes políticos, ha de tener muy presente para que sus espacios públicos,
no olvidemos que sólo a ella pertenecen, que no es poco, sean denominados de
una manera con la que exista una plena identificación. En otras palabras, que
por bien representadas que creamos estar, hay asuntos, no siempre determinantes
para el bienestar ciudadano, pero, de una importante carga emotiva, que merecen
apelar a ella, a la ciudadanía, para su concreción.
Este
preámbulo, lo hago en virtud del debate abierto en Cehegín, según el cual, el
gobierno municipal, parece haber decidido poner “Leonor, princesa de Asturias”,
al nuevo pabellón de deportes de próxima inauguración. Dicho así, considerando
que la familia real ha sido objeto, en toda España, de numerosas nominaciones
para multitud de infraestructuras públicas, sería una más la que, en este caso,
en Cehegín, se llevaría a cabo.
Sin embargo,
cuando de buscar parámetros se trata, a la hora de concretar dichas
nominaciones, en general, según el destino social del edificio o lugar público
a considerar, ya sea cultural, deportivo, o de la índole que pudiera tratarse,
parecería lógico echar mano de personas del ámbito y de la Historia local, cuya
imagen pública suele gozar de gran estima por parte de una mayoría ciudadana, y
que, en última instancia, pueden ser un bonito motivo con el cual agasajar,
como merecen, a estas importantes trayectorias humanas de los diferentes
ámbitos sociales.
Seguramente,
se podrían buscar y barajar distintas opciones para la nominación que nos
ocupa, sin embargo, al margen de aficiones deportivas que cada cual pueda tener,
si una persona muy joven, en estos instantes, lleva el nombre de Cehegín por
todo el mundo, con una proyección de futuro que sigue muy viva, no es otra que
la motociclista Ana Carrasco.
Dicho todo
lo cual, y dado que ayer desde el Ayuntamiento de Cehegín se emitiese una nota,
publicada en redes sociales, en la que se comunicaba que el Gobierno municipal,
ante la presión popular, llevaría a cabo
una consulta popular para decidir dicho nombre. Hago este añadido, que el
cambio de día para ser emitido este audio, me ha permitido, para mostrar mi felicitación por la decisión tomada y, por
supuesto, enfatizar dicha felicitación, en el hecho de que la fuerza del
pueblo, vehiculada desde las redes sociales, se haya tenido en cuenta.
No olvidemos
que, un día antes, otro Ayuntamiento de nuestra región, el de Albudeite, hubo
de desistir en su intención de quitar el nombre de nuestro más insigne e
internacional paisano, Paco Rabal, a la Casa de la Cultura de dicha localidad,
por la misma circunstancia, la fuerza del pueblo.
Santos López Giménez
1 comentario:
Pues enhorabuena si la decisión ha sido tomada de forma popular. La verdad es que todos los edificios públicos que deban llevar nombre debieran ser sometidos a votación popular entre las candidaturas que propuestas también por la ciudadanía hayan tenido más votos previos. La soberanía reside en el pueblo no?
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