miércoles, 26 de enero de 2022

Consejo Defensa Noroeste

 Audio Onda Cero Noroeste, 22 enero 2022

El pasado 4 de julio de 2021, se llevó a cabo una concentración contra la ganadería intensiva en Archivel. Tuve ocasión de asistir y de comprobar de primera mano cómo los asistentes a la misma éramos todas y todos componentes de grupos que se encuentran en la órbita del movimiento ecologista y algunas personas cercanas a Izquierda Unida y Podemos que también tuvieron a bien acudir a dicha concentración.

En realidad, no solo fue una concentración, hubo una primera parte, en aquella veraniega mañana de domingo, durante la cual  se desarrolló una marcha ecoturística-cultural en la que se dieron a conocer importantes elementos de la arqueología de la zona. Uno, que llegó tras esa marcha para asistir a la concentración y lectura de un manifiesto, mientras caminaba por las calles de Archivel, al pasar por la terraza de algún que otro bar, escuchaba a los paisanos, que veían más movimiento de la cuenta, haciendo sus pertinentes comentarios, siendo el que más me llamó la atención, y más se repetía, el de que los forasteros que por allí andábamos éramos unos intrusos que acudíamos a protestar por algo que a ellos no solo no les desagradaba sino que les parecía adecuado. Por sus palabras, la idea de ver el entorno de su pueblo bajo la bomba de relojería que supone tener tan cerca un permanente foco de contaminación de aguas, aire y tierras de cultivo y forestales, o no lo contemplaban o sencillamente lo obviaban. Respecto a aquello de la repugnancia de los vomitivos olores que dichas instalaciones generan, era la suerte en la que se recreaban aduciendo que en el campo siempre se huele mal, lo cual, viniendo de personas criadas en el medio rural, no deja de ser una boutade desconcertante.

Por ello, cuando leí la noticia de que, el pasado sábado se reunían en Caravaca personas de Unida Podemos con representantes del Consejo de Defensa del Noroeste, y en la misma se incluía el hecho de que está incrementándose de una forma desaforada la preocupación comarcal por este engorroso y lapidario asunto, se preguntaba uno si aquellos paisanos del verano se encontrarían entre quienes hoy se preocupan por el futuro de su pueblo y de su medio natural de producción y desarrollo sostenible, o sencillamente carecen de información y con la que tienen les es suficiente para echarse la manta a la cabeza y dejar que su entorno sea machacado.

De hecho, los ecocidas, ya lo intentaron hace años, seguramente sean los mismos paracaidistas del capital que hoy asolan la comarca con sus putrefactos proyectos; en su día, anunciaron a bombo y platillo 8000 viviendas en el Roblecillo, y por aquel entonces, principios del siglo XXI, el color del dinero nublaba la vista de todo paisano al que se le ofrecía por su terruño, sin dejar margen para el raciocinio. Solo la explosión de la burbuja inmobiliaria, dejó aquel aberrante proyecto en agua de borrajas.

Los ecocidas han vuelto, sus adláteres políticos siguen gobernando y haciendo todo cuanto pueden para que la alfombra sea todo lo amplia posible, sin dejar margen para las cortapisas legales. Las intenciones de ahora buscan la misma finalidad, proyectar bajo un manto de insostenibilidad, de manera que el futuro de vida de la comarca se desmarque de los lemas proteccionistas de progres caducos que no dejan avanzar a la apisonadora de la muerte medioambiental.

En cualquier caso, si has llegado hasta el final, si te preocupa el futuro de los espacios medioambientales de tu infancia, si no sabes dónde acudir, como habitante de esta nuestra comarca, te sugiero que te pongas en contacto con las personas que componen el Consejo de Defensa del Noroeste, el cual está canalizando, con absoluto compromiso, todas y cada una de las diferentes actuaciones administrativas y/o de protesta que se llevan a cabo en nuestro espacio vital comarcal, para combatir la aberrante proliferación de proyectos para la instalación de macrogranjas: ganadería intensiva que, junto a la no menos dañina agricultura intensiva, están cambiando la fisonomía del paisaje, contaminando vías fluviales con concentraciones de nitratos fuera de toda lógica, y convirtiendo en un erial no solo el medio sino el futuro humano de la comarca.

Por ello, si eres de aquellas personas que se sublevan frente al anunciado ecocidio, los nombres por los que encontrarles en redes sociales, mediante los cuales, seguirles y poder contactar con ellas y con ellos, esos nombres son:

@defensanoroeste, tanto en tuiter como instagram, así como, consejodefensanoroeste, en Facebook.

Santos López Giménez



miércoles, 12 de enero de 2022

Laicismo

 Audio Onda Cero, 12 enero 2022

                                    Allá por el año 1997, momento en el que el mayor de mis hijos era escolarizado en un centro de educación infantil y primaria, tras comprobar que el proyecto educativo del mismo, contemplaba su carácter confesional católico, presenté una denuncia ante la oficina del defensor del pueblo, frente al desafuero que suponía esa  ilegalidad manifiesta, alejada del carácter laico que define a nuestro país. Denuncia que, a la postre, fue tenida en cuenta y la dirección del colegio recibiría un par de meses después una notificación en la que se le obligaba a retirar la mencionada declaración institucional contemplada en el proyecto educativo de centro.  

   

                                    No sólo mi posición se trató de ningunear, sino que, progresivamente, conforme los acontecimientos fueron derivando hacia la resolución final comentada, los insultos e infamias hacia mi persona fueron in crescendo.

 

                                   Toda una paradoja: impropia de personas cuyo ideario se les supone cargado de valores como el respeto y la convivencia pacífica y plural; propia, de una sociedad oscura, cuya formación democrática era, y sigue siendo, prácticamente nula. No se entiende qué significa aquello de la laicidad, se asocia a contubernios demoniacos y demás zarandajas. Obviamente, si consideramos que algunos de los representantes y portavoces eclesiásticos han llegado a hablar de corriente terrorista, para referirse al laicismo, qué podemos esperar de su feligresía, acostumbrada a recibir sin crítica alguna cada una de las insensateces que les suelen transmitir desde los púlpitos.

 

                                  Tuve ocasión, años atrás, de escuchar a Juan José Tamayo, teólogo, secretario general de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, en una conferencia que diese en Murcia cuyo título fue  El cristianismo, religión laica”.       Toda una oda a la Libertad, en la que desentrañó conceptos que se deberían dar a conocer desde primaria; analizó la figura de Jesús de Nazaret, judío laico sobre el cual se levantó el Cristianismo; siguió la estela de los primeros siglos del Cristianismo, trasladando a nuestros días el espíritu de sus raíces, momento en el que, para los cristianos de primera hora, el laicismo era su tabla de salvación frente a la agresiva reacción del poder imperial que aniquilaba toda posibilidad de desmarcarse de los dogmas que caracterizaban a aquel momento de la Historia.

 

                               Nada que ver con el monolítico posicionamiento de la jerarquía eclesiástica; ésta, frente al carácter íntimo de la religión a la que representa, se empeña en acaudillar a una sociedad, incapaz de reaccionar, que trata de huir del adoctrinamiento, del dogmatismo, pero que sólo es capaz de asumir manipulados, e intencionados, mensajes, que hacen inviable el anhelado logro constitucional. Tan sencillo como que, después de 40 años, nosotros, nuestra sociedad, la sociedad española, hemos sido incapaces de exigir, con la contundencia que merece, al gobierno del Estado, como detentor y representante de la soberanía popular y a las jerarquías de las confesiones religiosas, especialmente a la de la Iglesia Católica, que asuman responsablemente el espíritu de la Constitución, la cual, en su Art. 16 párrafo 3, afirma que “ninguna confesión tendrá carácter estatal”, y aboga por el establecimiento de un espacio laico y de diálogo.

                                 Me llama gratamente la atención que hayan de ser cristianos de base quienes con más ahínco, con denodado esfuerzo, lleven años intentando que esa circunstancia, la concreción de un marco de libertad, desde el cual todas las confesiones religiosas no encuentren agravios comparativos en su presencia social, se convierta, de una vez por todas, en un hecho irrefutable. En nuestra región, la ciudadanía que se posiciona frente a semejante desaguisado, se encuentra situada en las antípodas de la mayoría de ciudadanos y ciudadanas, de los que uno tiene serias dudas sobre su condición de seres humanos libres, con espíritu crítico, capaces de apostar por mejorar, en el día a día, aquellos aspectos fundamentales, situados en la base de la convivencia, a través del respeto, el civismo y la solidaridad.   


Santos López Giménez