Hay ocasiones en las que la recopilación de reflexiones
hechas en voz alta, en este caso, por escrito, a través de eso que llaman redes
sociales, en sí mismas, pudieran, de lejos, suplir la concreción de una o varias
ideas a las que uno está abonado mensualmente, como obligación lúdica e individual, a mi propio blog. Alguna vez ya lo llevé a cabo, reconozco que por
la pereza que conlleva la realización de un escrito medianamente argumentado y
de una mayor extensión que la mera reflexión instantánea. Por tanto, manos a la
obra, dejaré plasmadas algunas de las pinceladas que los últimos quince días, y sus convulsos
acontecimientos, me han ido sugiriendo:
14 de octubre:
Sentir pena por los condenados, no es ni la percepción ni mi estado real, a
esta hora de la mañana: hora en la que se conoce una condena para un delito que
jamás existió. No podemos, ni debemos admitir que sea el odio quien presida
estos momentos inmediatos, frente a un movimiento ciudadano que, en última
instancia, más pronto que tarde, acabará allí donde debió acudir hace mucho
tiempo: ante las urnas en las que la ciudadanía decida su futuro como país. Siento pena por
ti, persona a la que explotan, denigran, humillan a diario, esos voceros que
escucho a tiempo real en la radio, a los que te unes sin que tu inteligencia
sea capaz de engarzar los elementos que te convierten en un despojo humano
gracias a ellos.
Comparto esta noticia, de marzo de este año, más vigente que
nunca, por diversas razones, y porque la he visto en el muro de un amigo, y me ha recordado la envenenada baba que se gastan por
estos lares pobres criaturas que, como el conejo del anuncio, duran y duran sin
saber qué coño es aquello por lo que tanto odian.
Cagarse en tos sus muertos, uno a uno, tal como el médico le decía al camarero en "Amanece que no es poco", es la tentación primera, pero, estas noticias, si así obramos, lo que hacen es dar alas, a las y a los malafollás, deseosos de sacar a relucir su más sádica y ridícula sonrisa mientras tú les recuerdas que, a unos chicos de Altsasu, se les hizo un asqueroso montaje policial para encerrarlos durante años.
Cagarse en tos sus muertos, uno a uno, tal como el médico le decía al camarero en "Amanece que no es poco", es la tentación primera, pero, estas noticias, si así obramos, lo que hacen es dar alas, a las y a los malafollás, deseosos de sacar a relucir su más sádica y ridícula sonrisa mientras tú les recuerdas que, a unos chicos de Altsasu, se les hizo un asqueroso montaje policial para encerrarlos durante años.
a) Hace unos días, un innombrable expresidente del Gobierno de
España, cargaba contra todo aquello que oliese a Cambio Climático, y, al más
puro estilo de la innombrable formación fascista de nuevo cuño, venía a decir
que eso eran cosas de rojos. Pues bien, yo introduje el mensaje que ahora
entrecomillaré, refiriéndome a la patochada de la criatura. Todo ello, unos
pocos días antes de la mortandad masiva del Mar Menor. Criaturas todas, reunidas y manipuladas vilmente, por
los más de cinco lustros de mafia pepera en la Región, no por haberlo escrito
yo, sino por la significación del contenido, aplicaos el cuento: "Seamos
serios, a estas alturas, cuando la marcha atrás es un hecho inviable, cuando el
planeta está, desde la perspectiva natural, derivando hacia donde siempre lo
hizo, es decir, en busca de los recursos que energéticamente le permitiesen
mantener un equilibrio, del que el ser humano se benefició hasta llegar a ser
el gran destructor de su propia casa, no dejando margen para reequilibrar
fracturas irreparables, en ese contexto, el nefasto, nauseabundo e
impresentable personaje de la foto, para nuestro pesar, tiene razón".
b) El 5 de junio de
2018, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, escribía uno lo que
comparto en el enlace. En un momento dado del escrito, inserté la siguiente
reflexión: "Al margen de la consideración bajo la cual se plasma lo que
trato de reflejar en este escrito: ¿qué sentido tiene un pacto regional del
agua? Si ha de existir algún pacto al respecto, habrá de serlo a nivel
nacional, y siempre bajo un análisis
medioambiental preponderante. Es un insulto a la inteligencia pactar con
quienes desprecian a la comunidad científica regional: no hay más que echar un
vistazo al solar en el que el grupo humano de trabajo multidisciplinar, con el
que se pretendió llevar a cabo un seguimiento y actuaciones, adecuadas a
patrones científicos y medioambientales, para la recuperación del Mar Menor,
uno a uno, sus miembros, por decencia humana, profesional y científica, ante el
cúmulo de injerencias y manipulaciones mediáticas que el gobierno regional de
Murcia lleva a cabo, van dimitiendo; sin ir más lejos, hace dos días, lo hacía
Miguel Ángel Esteve, el muy prestigioso profesor de Ecología de la Universidad
de Murcia".
16 de octubre:
He visto esta noticia en red, y la he comentado, dejo mi
comentario aquí también: "Odiosas todas las comparaciones. En este caso,
inoportuna hasta dejárselo sobrado. Es lo que quieren, blanquearse a sí mismos
ante la Historia. No, aquello fueron crímenes, lo de ahora son actuaciones para
ejercer derechos elementales".
2. Las calles desbordadas por pensionistas en Madrid, esos que
luchan por ti, por mí, ni venden ni da votos; dan votos y venden bazofia por
doquier, los altercados programados de Cataluña.
3. Ellos piensan por ti, piensan en su voto. Todos sabíamos que
ésto ocurriría, a determinados grupos políticos les interesa que ocurra, por la
intensidad y el contenido de sus mensajes es fácil identificarlos; el momento
es ideal para ellos, la situación no pilla a nadie por sorpresa. Sin embargo,
al mismo tiempo, se desarrolla un movimiento social de pensionistas que,
defendiéndote a ti, defendiendo a todas y todos cuantos vivimos en este país,
se aparca, no les interesa.
24 de octubre:
Cuando la última familia de la última víctima en exhumar de
lugares lúgubres, muchas veces sin localizar, vea repuesta su dignidad, ese
día, será el día en el que mis alharacas serán estentóreas. Entre tanto, hoy se
ha hecho lo que en buena lógica había que hacer.
29 de octubre:
Joder, mira que quería pensar que sólo era producto de la
infamia de sus mayores, Isidoro y compañía, pero no, es un personaje inmundo al
que pueden y deben ir dándole morcillita malagueña.
A unas y otros, entendamos el cotarro: hay quienes se
avergüenzan de las irregularidades que cometió durante su vida; las hay, los
hay, que el que salgan a la luz no es sino una más de las estrategias
blanqueadoras (de otro modo, a cuento de qué esa risita de hiena). La carnaza,
en la naturaleza, cumple su función, en la sociedad, alimenta mafias.
Empatizar y llorar, van de la mano. Escuchar a la chica de la
izquierda y no emocionarse lo veo tan difícil como vivir sin respirar.
Inevitablemente, y aunque el asunto de Chile, en estos momentos, es de una
inmensa gravedad, me ha recordado a una situación que vivimos en Cehegín, allá
por 2004, cuando tras la fiesta de navidad nuestros hijos iban a leer un
manifiesto, ante la televisión local, con el que denunciar el estado en el que la estructura de su colegio se
encontraba, con riesgo de derrumbe. Pues bien, aquel día, el revuelo de unos y
otras, cuando los niños y niñas formaron para manifestarse, fue muy triste, se
leyó bajo un griterío infernal. El civismo llevado a su máxima expresión es
cosa de pueblos civilizados.
Santos López Giménez