miércoles, 15 de junio de 2022

Silencios atronadores (Despedida)

 Audio Onda Cero Noroeste, 15 junio 2022

Buenas tardes, Julio:

                          Bien pudiera ser la última de mis intervenciones en tu programa. Le vengo dando vueltas al contenido de la misma desde el 22 de febrero de 2020, desde aquella primera vez en la que me invitaste a dejar mis impresiones en tu programa. Porque, cada semana, era un volver a empezar, hasta hoy.

                          He de confesarte, Julio, que fueron algunas las ocasiones en las que, ante la falta de una idea que llevarme a la boca, para confeccionar el audio semanal que me ofreciste, acudí al blog en el que archivé todas las cartas a la prensa que durante años me fueron publicadas, y en algún que otro caso, llegué a incorporar el texto íntegro a dicho audio. Tal que ahora, en que paso a leerte el texto que me publicase el diario La Verdad, en junio de 2000, y que uno titulase “Fruto de una convivencia”



                         Es por ello, y porque uno no es profesional de la materia, solo un ciudadano inquieto, por lo que, las voces de amigos y conocidos me han influido mucho más de lo que uno hubiese deseado, no porque ello sea malo, bien al contrario, sino por el sesgo con el que lo he percibido: hablo de voces cuando quería decir silencios.

 

Muchas gracias, Julio, a ti, a tu emisora, y a nuestro común amigo Cristóbal, sin él, nada de esto hubiese sido posible. Ha sido un placer enorme acercarme cada miércoles, a esta hora, durante los dos últimos años, ante este altavoz tan generoso que me ofreciste. Hasta siempre.

Santos López Giménez




 

miércoles, 1 de junio de 2022

El 45 de la Constitución: un artículo sin leyes

Audio Onda Cero Noroeste, 1 junio 2022

        Damos hoy comienzo a un mes con dos fechas significativas, los próximos 5 y 9 de junio, se celebran el Día Mundial del Medioambiente y el Día de la Región de Murcia, respectivamente, la una con carácter planetario, la segunda, estrictamente regional. No son fechas estas que, a pesar de su proximidad, beban la una de la otra, más bien,  se repelen; dicho con propiedad, no representa la Región de Murcia modelo alguno de desarrollo ambiental sostenible del que puedan beber otras comunidades.

      Cada cual observa su realidad, la de sus semejantes, como considera oportuno, qué duda cabe; uno, no encuentra otra manera de hacerlo que bajo el prisma medioambiental: nos debemos a su equilibrio y el futuro no se entiende sin él. Los márgenes de tiempo se agotan, las contundentes medidas, no acaban de plasmarse. Cada vez que un intento se difunde, muere en sí mismo: las personas que han de concretarlo, dando largas, lo dejan fluir en la peor de las direcciones posibles. Los ejemplos son palpables e incontestables: por un lado, el Mar Menor, cuya agonía no es sino el producto de una agricultura intensiva que no le deja reaccionar. A su vez, esa agricultura intensiva, es el producto de un delictivo aprovechamiento de las aguas del trasvase Tajo-Segura. Aguas, cuya legislación, aquella que ha de cuidar de su sostenible utilización, ha rebajado las expectativas del gobierno regional de Murcia situando el volumen susceptible de ser trasvasado a niveles que supuestamente mantendrán el mal llamado caudal ecológico, no porque el concepto no exista, sino porque se viene incumpliendo sistemáticamente. En esas estamos cuando dicho gobierno, que ha de velar por el cumplimiento de todas y cada una de las normativas de rango superior, azuza, una vez más, con aquel lema de principios de siglo, que sigue vigente para quienes ostentan el gobierno regional desde hace 27 años, y lanza nuevamente la arenga del Agua para todos, esa que lo perpetúa electoralmente en el tiempo.

      La ganadería intensiva, representada por las macrogranjas, con su manto de destrucción medioambiental, al amparo de políticas que les sirven en bandeja permisos e infraestructuras públicas allí donde a sus promotores les plazca, que catalizan como nadie el abandono del medio rural, ahí sigue ella, estilete envenenado del maltrato que sufre nuestra región, que sufrimos sus moradores.

    Y a esos hechos consumados hemos de sumar la proyectada explotación minera que un tercio del término municipal de Cehegín va a sufrir, con las consiguientes y nefastas consecuencias, incluido el incremento de enfermedades cancerígenas, de las poblaciones humanas circundantes, si los habitantes de la comarca no lo remediamos.

    Dicho lo cual, y porque el tiempo apremia en mis intervenciones, os leo 3 puntos, que bien podrían estar sacados de alguna propuesta del movimiento ecologista:

                                                                                                                                              

 1. Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.

2. Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.

3. Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se establecerán sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado.

 

Pero, no, no son propuestas del movimiento ecologista, estos tres puntos se concretan en el artículo 45 de la constitución española.


Santos López Giménez