Audio emitido en Onda Cero, 3 de marzo de 2022
Acababan de
ver La Ola. Les pregunté que qué tal: encantados, encantadas, muy buena, me
respondieron; pero, algo así no tiene recorrido, comentaban todas y todos, muy
seguros de su primera aproximación. Continuaron con su improvisado análisis,
con sus peculiares reflexiones, introduciendo aspectos nada trascendentes,
comentando sobre la posibilidad de llevar a la práctica lo que la película planteaba, llegando a
proponer una escenificación de los supuestos que el guion reflejaba.
Concluyeron
que, quién sabe, al igual sí, al igual el gobierno de Pedro Sánchez, tal vez,
sí obligue a que un golpe de Estado sea preciso darlo: se quedaron tan
tranquilos con esa su conclusión. Intuían de qué hablaban por el eco de las
campanas lejanas cuyo sonido solía llegarles, no en vano, pertenecen a esa
generación para quienes la Bella Ciao es una bonita canción que acompaña a una
famosa serie televisiva y a la que algunos pretenden ensuciar dándole un
carácter político, dicen ellas y ellos.
Lo cierto es
que, divaga que te divaga, estaban convirtiendo un alegato antifascista, que es
el que el guion de “La Ola” plantea, en el reflejo de las políticas del actual
gobierno de España. Pero, no por proceso coherente alguno de deducción entre
líneas, sino porque conciben que esa alienación colectiva, que acababan de ver,
no era sino el hilo conductor de una causa efecto indiscutible en el marco de
sus ínfimas entendederas.
De esa
laguna histórica de la memoria, de ese mantener a la población, al sistema
educativo, fuera del conocimiento de nuestra Historia, es de la que beben
Derecha y Ultraderecha en nuestro país, retroalimentando su impostura: el
fenómeno está en marcha, de un tiempo a esta parte, destacadas y destacados
miembros de la ultraderecha, fascistas ellos y ellas, vienen haciendo un uso
bastardo de la memoria de escritores y poetas, asesinados, física y moralmente,
por los antepasados ideológicos del actual fascismo.
En ese
contexto de confusión y manipulación continuadas, que vivimos en España, a las
que el fascismo mediático, sustentador de falsos escenarios, nos tiene
acostumbrados, un malnacido dirigente político mundial está ejecutando un
trágico plan masacrando a la población de un país soberano que limita con el
suyo. El genocidio está servido, pero, para esta troupe de cafres de nuestro
país, lo que realmente les mueve es adjudicar a ese infame ser humano,
malnacido donde los haya, confundiendo con asquerosas y falsas acusaciones, adscripciones
ideológicas que, no solo no le corresponden, sino que están precisamente en la
órbita fascista de la que gozan estos engendros humanos españoles, quienes,
poniendo puertas al campo de la información veraz, intentan ocultar su propia
adscripción, ya que, entre los aliados ideológicos del malnacido personaje, se
encuentran todas y cada una de las criaturas europeas y mundiales que no han
ocultado su afinidad con la ultraderecha
española.
Santos López Giménez