Hoy, tocaba, y toca, hablar de la recogida de firmas y la mesa informativa que la Plataforma Cuenca del Segura Libre de Fracking ha llevado a cabo en Cehegín. Pero, la puta realidad, nos hace parar en seco y detenernos ante una tragedia horrible. Una persona ha sido asesinada, en Madrid, cuando se disponía a asistir a un partido de fútbol. Los asesinos, miembros de la hinchada del Atlético de Madrid, no es la primera vez que tienen este desgraciado antojo, de amedrentar, agredir y asesinar a un hincha del equipo contrario, que acude a acompañar a su equipo. Es verdad que los porcentajes siempre están a favor de la buena gente, que una inmensa mayoría de aficionados del Atlético de Madrid, seguro que son pacíficos, pero, cuando en 16 años, como entorno de un club, acumulas dos muertos, por asesinato, a tus espaldas, opino que algunas preguntas hay que hacerse.
Recordemos que, el mencionado equipo, fue presidido, durante años, por uno de los personajes más tétricos de la vida social y deportiva de España. Que dicho energúmeno, agredió, ante las cámaras de televisión, al presidente de otro club de fútbol; que se jactaba de todas y cada una de sus fechorías y que, buena parte de su afición, aún le recuerda con cariño.
Recordemos que, su actual entrenador, era de esos centrocampistas que empleaba la dureza como estrategia deportiva, que llegó a pisar a un contrario, en una jugada donde el balón ya no estaba en juego, haciéndole sangrar a borbotones por el orificio que le ocasionó en el muslo.
Recordemos que, actualmente, el juego de este equipo de fútbol, es calificado, por una mayoría de jugadores de otros equipos, como un juego violento, siempre rozando y superando lo legalmente permitido...
Sí, lo sé, demasiado lejos llevo mi reflexión, pero, demasiadas casualidades o circunstancias que, aunque no estuviesen relacionadas con estas dos tragedias, la de hoy, aún en caliente, bien debieran ser consideradas desde todas las instancias sociales y deportivas.
Santos López Giménez
Recordemos que, el mencionado equipo, fue presidido, durante años, por uno de los personajes más tétricos de la vida social y deportiva de España. Que dicho energúmeno, agredió, ante las cámaras de televisión, al presidente de otro club de fútbol; que se jactaba de todas y cada una de sus fechorías y que, buena parte de su afición, aún le recuerda con cariño.
Recordemos que, su actual entrenador, era de esos centrocampistas que empleaba la dureza como estrategia deportiva, que llegó a pisar a un contrario, en una jugada donde el balón ya no estaba en juego, haciéndole sangrar a borbotones por el orificio que le ocasionó en el muslo.
Recordemos que, actualmente, el juego de este equipo de fútbol, es calificado, por una mayoría de jugadores de otros equipos, como un juego violento, siempre rozando y superando lo legalmente permitido...
Sí, lo sé, demasiado lejos llevo mi reflexión, pero, demasiadas casualidades o circunstancias que, aunque no estuviesen relacionadas con estas dos tragedias, la de hoy, aún en caliente, bien debieran ser consideradas desde todas las instancias sociales y deportivas.
Santos López Giménez
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