A ti, ofendido usuario de facebook, a ti que lanzas andanadas contra los mensajeros, que obvias cualquier trasfondo, para ti, ofendido ser humano:
El problema no es el insulto en sí mismo, menos aún cuando este, de existir, se dirige a un determinado perfil de seres humanos; el problema es el de aquellos que, dándose por aludidos, al más puro estilo mafioso, pareciera que obrasen en defensa de otros, utilizando subterfugios amenazantes hacia quienes se indignen ante el cúmulo de atrocidades que el día a día nos ofrece.
Si resulta que la mañana en la que, a modo de jauría humana,
comenzó a organizarse toda una cacería contra los marroquíes que viven y trabajan en Torre Pacheco, tú colgabas un vídeo, del que ya se sabía que la persona reflejada no era la que fue agredida en este pueblo, y lo hacías con la chulería que te caracteriza, y después leíste algunas de mis impresiones, esas que tú consideras insultos, date por insultado. No en vano, tu vídeo, era uno más de los elementos que atizaban al odio y a la violencia.
Son solo tres ejemplos sobre eso que tú, con la altivez que te contempla, denominas insultos; cuando solo hablamos de caracterizar a los seres humanos que, por activa o por pasiva, contribuyen a que el odio, y la consiguiente violencia, se instalen y propaguen en nuestra sociedad.
En todo caso, si crees que la Educación Pública no merece ser defendida; ni tampoco la Sanidad, o que los impuestos son un abuso que hay que erradicar; en estos otros casos, estaremos ante una sencilla disparidad ideológica, cuya caracterización humana, la de aquellos seres humanos que, con su voto, permiten que así sea, no es precisamente la de la inteligencia. Apreciación, esta última que, a tu entender, seguirá siendo un insulto.
Santos López Giménez
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