Nunca pensé que ocurriría, pero, una vez más, la ingenuidad nubló al intelecto hasta nueva orden.
Su espectro acabó cerrándose: 360º contemplan su amplitud, ni un solo escenario se libra de ellas; una a una, van dándose a conocer mostrando sus credenciales y, a la postre, provengan de donde provengan, demostrando que son personajes de homogéneo perfil. Por un lado, a al menos tres de ellas, les cuesta horrores mantener la mirada si las tienes físicamente delante; de la cuarta, de la que ha proporcionado el póker, sólo conozco su cibernética presencia. De otro lado, su afán personalizador, arremetiendo contra la persona, más allá de las ideas, sí que las iguala uniformemente.
Antes de caracterizarlas, conviene sincerarme y comentar que, esta exposición, nace como consecuencia de la necesidad personal de afrontarlas para deshacerme del lastre que supone hacer el esfuerzo anímico de rechazarlas.
A la primera, la llamaremos "la fascista económica", dado que su presencia y razón de ser, lo es en función de sus intereses económicos, lo que la convierten en una kamikaze de las redes sociales, tratando de minar toda conversación que intente poner orden y cordura frente a la infame realidad social que nos está tocando vivir. Su árbol genealógico, está impregnado de la huella represora del franquismo, lo cual la hace más virulenta si cabe: complicada labor la suya, defendiendo a los descendientes directos de aquellos que ejecutaron tal represión, defensa a la que se dedica a tiempo completo.
A la segunda, la vamos a denominar "la fascista ideológica". Su confusión deviene del intento de integrar su profesión y su ideología, creyendo ella que la primera engrandece a la segunda. Su modus operandi, es de quien cree que no hay un mañana y que sólo sus referentes ideológicos dan sentido a su día a día, independientemente de banales cuestiones familiares o de otra índole que pudieran estar infectadas de sensibilidad.
La tercera, ay, la tercera, generemos un concepto para ella: "la trepa ochentera". Ésta, hija de aquellos años en los que la tropa socialista se afanaba por escalar sin mirar a los lados, cayese quien cayese, copiando al dictado los modos y maneras de hacer de los 80, seguramente se haya pasado de rosca y, hasta su gente, la gente de su partido, se lo haya significado, cuando menos, para que sepa que o modera su escalada o la caída será morrocotuda.
Por último, le llegó el turno a la cuarta en discordia, la que ha dado pie a que este escrito se confeccione, la que ha generado el póker, la que, a su vez, pudiera dar pistas sobre los techos de la Izquierda, para lo cual, acudiremos a un concepto ecológico, la llamaremos, "la factor limitante", en este caso, la factor limitante de IU, cuyo techo electoral está subyugado por su presencia (obviamente, no sólo por ella, sino por ella y otras cuantas, no demasiadas, que habitan IU), no en vano, los factores limitantes en la naturaleza, no son muy numerosos, pero, determinan el crecimiento específico de las poblaciones en los ecosistemas.
Santos López Giménez
Su espectro acabó cerrándose: 360º contemplan su amplitud, ni un solo escenario se libra de ellas; una a una, van dándose a conocer mostrando sus credenciales y, a la postre, provengan de donde provengan, demostrando que son personajes de homogéneo perfil. Por un lado, a al menos tres de ellas, les cuesta horrores mantener la mirada si las tienes físicamente delante; de la cuarta, de la que ha proporcionado el póker, sólo conozco su cibernética presencia. De otro lado, su afán personalizador, arremetiendo contra la persona, más allá de las ideas, sí que las iguala uniformemente.
Antes de caracterizarlas, conviene sincerarme y comentar que, esta exposición, nace como consecuencia de la necesidad personal de afrontarlas para deshacerme del lastre que supone hacer el esfuerzo anímico de rechazarlas.
A la primera, la llamaremos "la fascista económica", dado que su presencia y razón de ser, lo es en función de sus intereses económicos, lo que la convierten en una kamikaze de las redes sociales, tratando de minar toda conversación que intente poner orden y cordura frente a la infame realidad social que nos está tocando vivir. Su árbol genealógico, está impregnado de la huella represora del franquismo, lo cual la hace más virulenta si cabe: complicada labor la suya, defendiendo a los descendientes directos de aquellos que ejecutaron tal represión, defensa a la que se dedica a tiempo completo.
A la segunda, la vamos a denominar "la fascista ideológica". Su confusión deviene del intento de integrar su profesión y su ideología, creyendo ella que la primera engrandece a la segunda. Su modus operandi, es de quien cree que no hay un mañana y que sólo sus referentes ideológicos dan sentido a su día a día, independientemente de banales cuestiones familiares o de otra índole que pudieran estar infectadas de sensibilidad.
La tercera, ay, la tercera, generemos un concepto para ella: "la trepa ochentera". Ésta, hija de aquellos años en los que la tropa socialista se afanaba por escalar sin mirar a los lados, cayese quien cayese, copiando al dictado los modos y maneras de hacer de los 80, seguramente se haya pasado de rosca y, hasta su gente, la gente de su partido, se lo haya significado, cuando menos, para que sepa que o modera su escalada o la caída será morrocotuda.
Por último, le llegó el turno a la cuarta en discordia, la que ha dado pie a que este escrito se confeccione, la que ha generado el póker, la que, a su vez, pudiera dar pistas sobre los techos de la Izquierda, para lo cual, acudiremos a un concepto ecológico, la llamaremos, "la factor limitante", en este caso, la factor limitante de IU, cuyo techo electoral está subyugado por su presencia (obviamente, no sólo por ella, sino por ella y otras cuantas, no demasiadas, que habitan IU), no en vano, los factores limitantes en la naturaleza, no son muy numerosos, pero, determinan el crecimiento específico de las poblaciones en los ecosistemas.
Santos López Giménez
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