Las huestes salvajes, las bestias que llevan décadas campando a sus anchas en nuestra Región, ahora les ha dado por buscar una solución que solo pretende, creen esas incultas criaturas, minar al Ministerio de transición ecológica, minar al Gobierno de España. Así de cutres, chabacanas y desgraciadas son estas inmundicias humanas.
Os dejo los comentarios articulados de José Matías Peña que ponen luz allí donde el cafrerío regional*, al que le encanta mantener viva la llama de un totum revolutum permanente, para decir en cada momento aquello que les mantenga en un candelero que no merece nuestra región, añadiendo a su verborrea asquerosa, aquella en la que Agricultura Intensiva, Macrogranjas, Mantenimiento sine qua non del Trasvase del Tajo, ahora se descuelgan con que, los vertidos contaminantes, altamente tóxicos, depositados durante décadas en Portmán, se retiren de la bahía, sin tener presente algo que no debiera exigir demasiado esfuerzo mental tomando conciencia de que si eso se hace lo que realmente se haría sería una segunda muerte de Portmán y, lo que es peor, de todos los espacios adyacentes que se verían afectados por semejante removido tóxico.
cafrerío regional*:
Gobierno regional de Murcia, presidido por un desalmado personaje, Fernando López Miras, cuyo apuntalamiento se lo concede la ultraderecha más fascista de todo el Estado; y cuyos beneficiarios directos de sus políticas no son sino empresarios que llevan décadas inmersos en entramados en los que el robo del agua, así como las deforestaciones indiscriminadas con la generación de miles de hectáreas de agricultura intensiva, con la consiguiente muerte de los suelos fértiles de nuestra región, y todo ello, a su vez, con la guinda de un incremento desmesurado, fuera de lugar, de macrogranjas innecesarias y mortales para el medio natural y humano, es el bagaje que esa escoria humana nos ofrece.
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Sin más, os dejo el artículo anunciado:
DRAGAR PORTMÁN SERÍA UNA SEGUNDA CATÁSTROFE ECOLÓGICA.
¿Sabías que bajo la Bahía de Portmán yacen más de 45 millones de toneladas de residuos tóxicos mineros? Aunque hace más de 25 años que cesaron los vertidos, la bahía sigue contaminando activamente. Así lo demuestra un estudio científico recién publicado en marzo de 2025 por un equipo internacional de investigadores. La situación no solo no ha mejorado, sino que el fondo marino sigue liberando metales pesados y metaloides como hierro, zinc, arsénico, plomo y manganeso.
Los niveles son escalofriantes. El hierro está presente en cantidades 56 veces superiores a lo natural. El zinc, 22 veces más. El arsénico, 9 veces más. Y el plomo, 5 veces por encima de los valores de fondo. Y todo esto, en las capas superficiales del sedimento marino, justo las más susceptibles de ser reactivadas con cualquier intervención humana. Es decir, la bahía no está sellada, ni estabilizada. Está viva… pero como una bomba química latente.
Ahora imaginemos que alguien decide dragar estos lodos. Imaginemos que, por interés político, urbanístico o especulativo, se remueve ese depósito submarino que ha permanecido, mal que bien, en reposo durante tres décadas. Lo que ocurriría no es difícil de prever: los metales pesados volverían a liberarse al mar, el arsénico hoy inmovilizado se reactivaría, la fauna marina sería devastada y los contaminantes alcanzarían zonas mucho más amplias. Sería como dinamitar un barril de veneno enterrado.
¿Y todo para qué? ¿Para ganar unos metros de suelo? ¿Para disfrazar de regeneración lo que en realidad sería una recontaminación masiva del ecosistema? Hay cosas con las que no se juega. Y una de ellas es el equilibrio químico de un ecosistema costero que ya ha sido suficientemente destruido.
Los científicos lo han dejado claro en su artículo publicado en Marine Pollution Bulletin: “Manipular el fondo marino sin medidas rigurosas podría desencadenar un impacto ambiental mayor que el original.” Y aún así, desde algunos sectores se sigue alimentando la idea de intervenir, sin una mínima conciencia del riesgo que eso implica.
Portmán no necesita ser reabierta. Portmán necesita ser cerrada con dignidad. Sellada. Contenida. Monitoreada. Vigilada. No necesita otro crimen ambiental disfrazado de oportunidad.
Por fin alguien en el ámbito político ha dicho basta. Basta de retóricas vacías. Basta de proyectos sin fundamento técnico. Basta de vender esperanza con una pala en la mano y una catástrofe bajo los pies.
Escuchen a la ciencia. Escuchen a quienes sabemos un poco. Antes de que el desastre tenga réplica.
Referencia científica: Cerdà-Domènech et al. (2025). Marine Pollution Bulletin, vol. 214, art. 117803.