Audio emitido en Onda Cero, reproduzco el texto del escrito
Cada semana
pensaba que sería la última. Escribir y poner voz a lo que uno escribe, para
que cada miércoles, a eso de las 12:50, sea emitido aquello que has escrito, en
este medio, en Onda Cero Noroeste, se ha venido repitiendo durante el último
año, excepto los periodos del verano y la navidad. Todo comenzó el pasado 22 de
febrero de 2020, para ese día, preparé un escrito sobre la Doctrina del Shock,
y de cómo su puesta en escena asomaba la patita vislumbrando la que se nos
venía encima.
No,
reconozco que no acerté en el pronóstico, sí en el espíritu de lo que Naomi
Klein teorizase cuando escribió el libro “La Doctrina del shock”. La dimensión
de lo que nos está ocurriendo es de tal magnitud que, si damos por válidos los
supuesto de los que Naomi nos hablaba, sin dejar margen para las consecuencias,
entraríamos en un terreno en el que las teorías conspirativas harían su agosto.
Pero claro,
como le dijese a una amiga, 20 días después de ese 22 de febrero, cuando nos
confinaron, y ella me preguntaba si seguía pensando lo mismo, no se trataba de
que hubiese una orquestación planetaria para desarmarnos e ir mermando derechos
sociales bajo semejante pretexto, más bien, acogiéndose al Pisuerga y
Valladolid, ya se sabe, aprovechando que el uno pasa por la otra, sacar partido
de semejante situación; en esas andan demasiados seres humanos, sacando partido
de un infortunio de índole planetario, para, sin compasión, modular en su
beneficio esta mastodóntica tragedia: como suele ocurrir en los peores
momentos, los ricos, cada vez más ricos, y los pobres, no sólo cada vez más
pobres, sino que la pobreza avanza a marchas forzadas. Desgraciadamente, en esa
otra interpretación, sí que acertó de lleno Naomi Klein.
Desde aquel
momento hasta hoy, se han sucedido multitud de hechos, la sociedad, pese a la
desaceleración de la cotidianidad, siguió su curso. En España, la oposición
política, utilizaba a los muertos de la pandemia como armas arrojadizas con las
que tratar de fustigar al gobierno. Los llamados “negacionistas”, tomaron las
calles, ensuciaron los medios, sus afines y los menos afines, con toda suerte
de falsedades, igualmente, intentando socavar todas y cada una de las
normativas que, desde la Administración, se establecían para doblegar la
maldita curva de contagios y muerte. En esta indigna posición, no sólo
indocumentados anónimos contribuían a ello, sino que, fueron varios los líderes
y dirigentes de importantes países quienes les alentaban y azuzaban para anular
todo intento de frenar la endemoniada pandemia.
Hemos ido
avanzando con el miedo metido en el cuerpo, intentando que la suerte estuviese
de nuestro lado, no en vano, contagiarse o no, dependía en parte de ello; hemos
sufrido griteríos insoportables, actitudes indeseables, manipulaciones por
doquier. Henos aquí, 24 de febrero de 2021, de modo incomprensible, ayer, 23 de
febrero, las instituciones celebraban no sé qué, en uno más de los intentos de
salvar la cara al rey emérito.
Salvar la
cara al rey emérito, además, ha sido la razón por la que en la última semana,
la que nos precede, cada noche, grupos de personas hayan salido a las calles en
protesta por una sentencia firme, que ha llevado a la cárcel a una persona por
las letras de sus canciones, manifestándose contra la misma, dado que
constituye una flagrante merma de la libertad de expresión en nuestro país. Al
tiempo que, de nuevo el Pisuerga y Valladolid a la palestra, nos está tocando
soportar, cómo unos infiltrados violentos, minoritarios, de cuyo salvajismo no
parece haber dudas, generan, día tras día, destrozos en mobiliario urbano de
Madrid y Barcelona, además de intentar agredir con contundencia a las fuerzas
de seguridad. Entre tanto, a los primeros, a esa mayoría de personas indignadas,
cuya protesta es lícita y necesaria, se las está masacrando desde casi la
totalidad de la prensa española, al tiempo que se les asocia a un tuit escrito
por un diputado español, en el que se congratulaba de la reacción de, lo que él
dio en llamar, jóvenes antifascistas,
saliendo a la calle a manifestar su protesta contra dicha encarcelación.
En esas
andamos, el acoso es inmisericorde, la doctrina del shock, en este caso, no
precisa escusa alguna para desarrollarse, a la voz de ya, los medios, hacen piña
y van a degüello contra la formación política del diputado tuitero. Llevan así
más de un lustro, tanto como vida tiene dicha formación. Sólo el aburrimiento
de su inconsistente acoso y las evidencias que vienen aflorando a posteriori,
anulan esta vergonzosa actitud mediática.
Como dije al
principio, cada semana pensaba que sería la última, ésta también.
Santos López Giménez
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