Muchas veces, vivimos episodios en nuestras vidas, que bien parecieran partes de un mosaico, que destacan sobremanera, y que constituyen el modelo de lo que, en buena medida, viene a proporcionar los equilibrios necesarios para la permanente estabilidad que todos afanamos en nuestro devenir biográfico.
Desde ya, puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que han sido diversas, y todas ellas enriquecedoras, las actividades que he desarrollado a lo largo de los años. En esta ocasión, las circunstancias han querido que además de ser una muy gratificante actividad, y aunque en sí misma ya la he desarrollado, sin embargo, hay un matiz que la convierte en el "gran anhelo de mi deambular profesional". A lo cual hemos de añadir un hecho, igualmente circunstancial, que me obligaba a viajar a una muy considerable distancia de casa para el desarrollo de la misma.
Cuando desperté, tras mi primera noche, en la mañana del pasado jueves, 23 de marzo, antes de acudir a la tarea que me trajo por estos maravillosos lugares, nevaba copiosamente. Más tarde, me dijeron que hacía 8 años en los que, en este precioso pueblo extremeño, no lo había hecho.
Después, cuando el sol se dejó ver, cuando las nubes se abrieron durante un breve espacio de tiempo, desde el ventanal del edificio en el cual desarrollo la actividad para la que me llamaron, pude hacer esta foto.
Santos López Giménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario