sábado, 31 de agosto de 2024

El fascismo y su modus operandi

 Buenos días. Que a uno le gusten más o menos los muralitos, que no me gustan nada, todo hay que decirlo, a nadie le importa ni interesa. Sin embargo, si te los encuentras en este medio es porque acudes a él con más frecuencia de la que uno desearía, por tanto, de no tenerlos en cuenta habría de acarrear, y soportar sobre mis espaldas, una sempiterna incongruencia personal.

Acudes al buscador universal, google, y resulta que te dice que se trata de un bulo. Y tú te preguntas: "hostias, pero si el mensaje es propio de Julio, si su contenido es coherente, lógico, cargado de sentido común, cómo no lo voy a asumir". Tú te lo dices todo, no son inocentes los intentos de quienes llenan las redes de manipuladas frases que no dijo el autor adjudicado, la intencionalidad está presente a cada post.
Quienes manipulan, y sueltan bulos a tiempo completo, han de adecuar sus espacios para que las criaturas que leemos sus acometidas falsas y malintencionadas se vayan posando en el subconsciente colectivo. Y qué mejor manera que la de crear muralitos, como el que comparto ahora, que te llega, no te preguntas nada, y cuando te acostumbras a ellos, te vas habituando a no preguntarte nada ante los cientos de bulos que te van saliendo al paso a diario.
Lo peor de todo esto, no son los muralitos, ni siquiera el falso contenido que, muchas veces, les caracteriza, lo peor es que está significando el modo con el que el fascismo en sus diversas versiones: Trumpistas, Mileis, no digamos el fascismo ruso, por supuesto el fascismo patrio verde moco..., todos ellos vienen secuestrando el engranaje neuronal de la población. 




NOTA: El contenido que os acabo de compartir, forma parte del post que uno introdujese en facebook el pasado 25 de febrero