Audio Onda Cero Noroeste, 25 de mayo de 2022
Buenas tardes, Julio:
Permíteme que
hoy le hable a mi padre.
Lo hago para decirle que, son
20 ya los años que han transcurrido desde aquella noche en la que, como
queriendo quitar importancia también a ello, decidiste que la médico que acudió
a visitarte estableciese la fecha concreta de tu partida. Sin ruido, con el
sigilo propio de quién caminó por la vida abrazando a la humildad, conociendo y
sabiendo bien donde pisabas, así fue, una vez más, la discreta manera mediante
la cual tomaste el resquicio que dejaban el 24 y 25 de mayo de 2002 para
ausentarte.
Tras aquella
noche, en pocos días, te escribí dos veces, de la segunda, con el permiso de
Julio, nuestro anfitrión, quisiera leértela ahora. Y es que, sabes qué pasa,
que andamos preocupados, una vez más, con la manía que les ha dado a unos
cuántos de aquellos que no respetan el Medio Natural, ni mucho menos al ser
humano, y volvemos a tener la amenaza de que una parte importante de nuestro
territorio sea agredida, destrozada, generando restos que envenenarían a las
personas, todo ello, en el entorno de uno de esos paisajes de la memoria que la
infancia a tu lado me dejó, en este caso, te hablo de las Minas de Gilico.
Déjame recordarte, mediante esa lectura de la que te hablaba, qué otros
paisajes me mostraste. Se trata de una carta que me publicasen en prensa
escrita, en concreto, en el diario La Opinión, el 1 de junio de 2002. Decía
así:
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