Audio Onda Cero, 23 febrero 2022
Trata de huir uno de la conspiranoia como
herramienta mental para generar las intervenciones con las que, como sueles
decir en la cabecera, cada semana me asomo a tu espacio radiofónico tratando de
articular un escrito, al que pongo voz, basado en hechos fehacientes y no en
supuestos no demostrados.
Ayer se cumplían dos años de la puesta en marcha de este espacio que me
brindas, o mejor, dos años desde que uno participa en él, ya que, inicialmente,
lo hacía en representación de un grupo político, del que sigo formando parte,
pero, al que, desde un determinado momento, dejé de dar voz desde este espacio.
Aquella primera vez, 22 de febrero de 2020, coincidía con los meses en
los que la pandemia, que aún sufrimos, echaba a andar. Y aquella primera
intervención llevó por título “Coronavirus versus la doctrina del shock”. Sigo
manteniendo buena parte de lo que entonces dije, pero, no es menos cierto que
no dejaba de ser sino una manera de poner en valor a la conspiranoia: los
hechos inmediatos, así como los dos años transcurridos, parecen no dejar margen
para suponer la existencia de conspiración inicial alguna, no así de lo que a
posteriori se ha ido forjando, que no es otra cosa que el rédito que
determinados gobiernos y grupos políticos han sacado de este drama mundial.
Ocurre que, mientras hago esta oda contra las conspiraciones, hoy es 23
de febrero, y claro, por sí misma, la fecha, requiere muy poco ornamento para
ser identificada, para que, a los
mayores de 45, por fijar una edad, les rememore un día en el que pareció
que, el sistema parlamentario de
partidos, en los tiempos en los que el bipartidismo tomaba forma, formalmente
llamado democracia, se iba a pique.
Como en tantas
otras afrentas no resueltas, cada año, un rosario de declaraciones y
remembranzas, salen a la palestra. Cuando escribo lo que ahora enuncio, no he
puesto atención a lo que este año dicen unas y otros, pero, sí que he
consultado lo que hace un año, se decía, se comentaba, se debatía sobre la
susodicha fecha, me he ido a la hemeroteca y, en El Confidencial, encuentro una
noticia cuyo título reza: “Robles
mantiene en el cajón la ley de secretos oficiales y descarta desclasificar el
23-F”, y del cuerpo de la noticia, extraigo lo que 6 formaciones políticas, con
representación parlamentaria opinaban al respecto aprovechando el 40 aniversario
del golpe de Estado: "Más allá de la versión oficial, existen fundados
indicios de que el golpe del 23-F fue algo planificado y orquestado no por
cuatro militares descontentos, sino por toda una operación de Estado que
permitiese salvar el régimen del 78 hasta nuestros días. Es hora de conocer
todo lo ocurrido en nombre de la verdad y la memoria democrática".
En esa línea, registraron, ese martes 23 de febrero de
2021, una iniciativa conjunta en el Congreso para exigir que "se conozcan
con exactitud cada documento, cada grabación, cada información significativa
que obre en poder del Estado español y que aporte 'luz y taquígrafos' a los
verdaderos acontecimientos que alumbraron el golpe de Estado del 23-F".
Llegados a
este punto, Julio, del análisis “conspiranoia sí, conspiranoia no”, con el eco
de las palabras de la iniciativa conjunta de aquellos grupos, de hace un año, invito
a que, cada cual, haga su propia reflexión: ¿conspiranoia sí, conspiranoia no?,
nada más que decir.
Santos López Giménez
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