Audio, Intervención en nombre de Unidas Podemos-IU Cehegín |
El encuentro
se produjo a la altura del quiosco de música. Fue un abrazo breve. Las dos se
miraron un instante a los ojos antes de separarse. ¿Se dijeron algo?, nada. No
se dijeron nada.
Tal vez,
estas palabras, expresadas así, fuera de contexto, digan muy poco. Pero, cuando
estás llegando al final de Patria, la magistral obra de Fernando Aramburu, que
con excelso dominio del lenguaje, va desentrañando el dolor y la sinrazón de
años dramáticos en la historia de la tierra que le viera nacer y crecer, esas
tres líneas, con las que pone fin a su obra, dicen mucho al lector que, guiado
por el desarrollo de los acontecimientos, solo enfatizando en aquello que el
relato le va ofreciendo, ha ido aproximándose a unos hechos donde la crueldad
se instalaba a ambos lados del fiel de la balanza.
Patria, como
obra literaria, portadora de un mensaje de Paz y futuro, comienza a tomar
forma, desde el momento en el que, un buen día de octubre de 2011, un anuncio,
muy esperado por todas y por todos, salta a la palestra: la banda criminal ETA
anunciaba el cese definitivo de la violencia
En la madrugada del 20 al 21 de octubre, tras tener conocimiento del mencionado anuncio, escribí mis
impresiones, blandiendo toda la fuerza y
la rabia que, manaban del hartazgo y del dolor que nos infringieron durante
años unas infelices criaturas, quienes, creyéndose portadores de los deseos de
un pueblo, el vasco, que jamás les concedió tales prebendas, cuyo hastío y dolor
infinitos pesaban como endemoniadas espadas de Damocles ocluyendo e impidiendo
la normalización del permanente futuro de esa sociedad, de manera definitiva
anunciaban lo que tanto la sociedad española en su conjunto habíamos deseado.
Pero, qué duda cabe, el pueblo vasco fue el gran beneficiado de aquella
anhelada decisión. Las ventanas del futuro se abrían de par en par.
Durante los
años en los que los atentados llenaban de dolor y sufrimiento a nuestra
sociedad, las voces que clamaban para que las armas fueran depuestas y aquellas
reivindicaciones que, supuestamente, enarbolaba la banda criminal, fueran
defendidas desde la política, eran unánimes, nos dábamos de bruces pensando en
la arcadia ideal que sería aquella en la que todas la ideas fuesen defendidas
desde el plano de la política y no desde posturas de violencia y terror.
Pues bien,
algo tan sencillo como la comprensión de ese deseo, de amplísimo espectro
social, después de aquel 20 de octubre de 2011, ha pasado a convertirse en una
perversa herramienta, con carácter eterno, que las fuerzas políticas más
reaccionarias, la extrema derecha y la derecha extrema, utilizan sin decoro ni
inteligencia para verter sobre quienes aceptaron la presencia social y política
de fuerzas cuya adscripción democrática, a día de hoy, no debiera ofrecer
dudas, por mucha porquería manipuladora que utilicen.
Por todo ello, en ese párrafo final de Patria, cuando las dos
viejas amigas, Bittori y Miren, a las que ETA, y todo el drama que su presencia
conllevó, había separado, en ese abrazo breve, en un encuentro que, si bien sus
vísceras no lo deseaban, sus almas lo necesitaban como el aire que respiran,
está inmerso el anhelo y el deseo de todo un pueblo, el pueblo vasco, que no
quiere que nada ni nadie vuelva a reventar sus ansias de vivir en paz.
Santos López Giménez
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Nota: Algunas de las intervenciones recientes, en Onda Cero Noroeste, de Unidas Podemos Cehegín.
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