Como bien sabéis, para hoy, 14
de diciembre, desde la Plataforma Cuenca
del Segura Libre de Fracking, se había organizado una actividad en Cehegín, en
la cual se proyectaría el documental La Sombra del Fracking, y después habría una charla
coloquio en la que intervendrían Alonso Torrente y Joaquín Atenza. Pues bien,
desde hace más de dos semanas, comenzamos, desde Cehegín, a intentar dar forma
al mencionado acto. Una primera posibilidad, fue la del Casino, situado en la
calle mayor y con unas características que lo hacían adecuado para el mismo. Si
bien, en un principio, un miembro de su Junta Directiva me animase a ello,
después, tras sugerirme que hiciese un escrito para que lo valorase la Junta Directiva , me comunica
que no sería posible realizarlo allí. A la par, solicitamos el Espacio Joven,
lugar donde se celebrase la anterior actividad con Francisco Turrión. Carmen,
compañera de la Plataforma ,
contactó con el concejal del asunto y éste le dijo que ya la llamaría. No hubo
llamada, tampoco esperamos a ello, seguimos buscando y se contactó con la
persona que gestiona el Aula de Cultura de Cajamurcia. Dicha persona, muy
entusiasmada, nos dijo que sin problemas, pero, nuevamente, sugirió que
hiciésemos un escrito al Director. Se le hizo el escrito y, en cuestión de
minutos, volvió a llamarnos para decirnos que, muy a su pesar, no lo permitían.
Mientras seguíamos esperando respuesta del concejal, sobre el Espacio Joven,
nos pusimos en contacto con el Presidente de la Asociación de Vecinos
del Barrio de San Antonio, casi de inmediato, accedió a ceder para esta actividad el Salón Social de dicha Asociación, y, desde ese instante, se
elaboró la publicidad con la que se hizo público el acto. Hablamos del pasado día
5 de diciembre. Pues bien, el miércoles, 11 de diciembre, por la tarde/noche,
nos llama este señor y nos dice que, sintiéndolo mucho, no podremos utilizar
ese salón social del barrio de San Antonio, ya que desde hacía semanas estaba
en marcha la celebración de un curso de Monitores de Tiempo Libre, para el
mismo día que nuestro acto, solapándose de 6 a 8 de la tarde, siendo una actividad que
comenzaba a las 10 de la mañana. A la mañana siguiente, Carmen y yo, acudimos
personalmente para hablar con el Presidente de esta Asociación, le hacemos saber
la contrariedad que supone, una vez que eran muchas las personas a las que se
les había informado, amén de la difusión en los medios, y como alternativa
surge la posibilidad de que, a partir de las 8, una vez concluida la actividad
de los monitores de tiempo libre, pudiéramos hacerlo. No obstante, puestos en
contacto con el chico que coordinaba el curso, nos comenta que
era arriesgado fijar esa hora ya que no tenía la certeza de que se fuese unos
minutos más allá de las 8. Con todo, nos vamos convencidos de que era la
solución menos mala. Pero, en una media hora, nos llama el presidente y nos
comunica que ha hablado con un colega suyo, Presidente de la Asociación de Vecinos
del Barrio de San Juan y que no pone pega alguna para que se lleve a cabo en el Salón Social de su Asociación. Bien, nos parece mejor idea aún, menos mala aún,
y quedamos con él para vernos el jueves por la tarde y comprobar los medios de
que dispondríamos en esa nueva ubicación; los vemos, quedamos en que él mismo
se encargará de llevar algunas sillas más, y, además, nos pasa la llave del
local. Al tiempo, se hace público el cambio de sala en la que se llevaría a
cabo el acto, se publica nuevamente, con ese matiz, y nada, todo parecía indicar
que ningún nuevo contratiempo vendría a interponerse en este arduo camino de la
concreción de nuestra actividad. Nada más lejos de la realidad. A las 14,50
horas de ayer, viernes 13 de diciembre, nos llama el presidente de la Asociación de vecinos del barrio de
San Juan para decirnos que, desde el gobierno municipal, le habían llamado
comunicando que ese acto no podía realizarse, que no había seguido los cauces
legales para ello, argumentando que era preciso haberlo pedido por escrito. Este
señor nos llega a confesar que, en veinte años en esta asociación del barrio de
San Juan, jamás había ocurrido algo similar. Tal es el grado de estupefacción
que siente que nos aconseja ir rápido al Ayuntamiento para tratar de hacer el
escrito. Antes de acceder a su sugerencia, llamo por teléfono para tratar de hablar con el
Alcalde, no estaba, se pone su secretario, y vuelve a repetirme la retahíla del
permiso escrito, ante lo cual, y la hora que era, le hago saber que sería casi
imposible seguir ese protocolo a poco más de 24 horas del acto, considerando
que el órgano de gobierno municipal, supuestamente, habría de tomar la
decisión. Salimos raudos, hacia el Ayuntamiento, pero, para ese instante,
materialmente, era demasiado tarde. Sin embargo, nos encontramos con una
concejala del gobierno municipal de Cehegín, le planteamos todo lo que está
ocurriendo, ella nos indica que todo es producto de una decisión reciente,
según la cual, para evitar un mal uso de las instalaciones municipales, que
ella concreta en que determinadas personas las solicitan y luego celebran actos
en los que se cobra dinero por ellas, por ello, puntualiza, era preciso controlar
mediante esos permisos. Le hacemos saber variadas observaciones, incluida la de
que cuando la conferencia de Francisco Turrión no fue necesario permiso escrito
alguno, o la de que, si estos señores, presidentes de asociaciones de vecinos
de los barrios, no nos habían indicado nada, no parecía lógico ponernos coto
justo el último día hábil en los últimos minutos hábiles del mismo; a su vez,
le destacamos que, si bien el acto tendría una determinada repercusión, mucha
más podría tener de prohibirlo; también, le recordamos que, en el salón del
barrio de San Antonio, precisamente, la actividad programada, por la que no
pudimos hacerlo allí, era una actividad en la que se cobraba. La concejala nos
emplaza a que, por toda la tarde, nos llamaría para darnos una respuesta, pero
que no nos aseguraba nada. Finalmente, quien llama, es una compañera suya, a la
sazón concejala encargada del asunto que nos ocupa, y le comunica a Carmen que
no será posible realizarlo, vuelve argumentar las mismas razones que ya nos
diese la anterior concejala citada, incluso añade que suspenderán la actividad
nombrada antes, del barrio de San Antonio, al parecer, porque tampoco solicitó
permiso, según sus palabras. Carmen, le recuerda de nuevo, a esta segunda
concejala, que ninguno de los dos presidentes, con los que se estaba en
contacto desde hacía más de una semana, nos había comunicado nada sobre esa
necesidad de hacer un escrito de solicitud de local. Se repite la historia
anterior, la concejala dice que lo volverá a comentar, y que nos llamará para
comunicar la última decisión. Unos minutos más tarde, 18,15 horas de la tarde
de ayer, casualmente, Carmen se encuentra con el Alcalde por la calle, le informa de lo que nos está ocurriendo, y éste, contrariado, le dice que viniendo de Cartagena esta mañana le han llamado para informarle de que en la radio, Ondacero, se estaba hablando de nuestra actividad de hoy, en
concreto, una entrevista que le hiciesen a Bernardo en dicha emisora, y que él,
como Alcalde, no consentiría su celebración por carecer de permiso. Ante esta
nueva circunstancia, más haciendo uso de la ingenuidad que de la lógica,
seguimos esperando a que la segunda concejala nos llamase para concretar
finalmente el sí o el no. No se produce dicha llamada, pero sí la del
presidente de la Asociación
de Vecinos del Barrio de San Juan, el cual, nuevamente compungido, al menos por
su actitud y tono de voz, nos dice que le acaban de llamar del Ayuntamiento,
para obligarle a colocar unas cadenas en la reja de entrada al espacio donde se
encuentra el salón en el que habríamos de realizar la actividad hoy.
Foto de las cadenas en la puerta |
¿Local público? |
Lo relatado, es la situación que nos contempla a esta hora de la mañana
del 14 de diciembre, de 2013, fecha para la que se había concretado la
celebración de la actividad anunciada. Puesto en contacto con los compañeros de
la Plataforma ,
se ha decidido no suspender la misma y acudiremos al acto tal como estaba
previsto, Por lo cual, la invitación sigue en pie para toda aquella persona,
ciudadanos libres con derecho a ser informados, que deseen acudir a la misma.
Santos López Giménez
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