martes, 14 de octubre de 2008

¿Castigo o rehabilitación?

La celebración, el pasado viernes, 10 de octubre, del Día Mundial contra la Pena de Muerte, así como lamentables hechos acaecidos recientemente en nuestro país, me han llevado a elaborar la siguiente reflexión:
Todo depende del modelo de sociedad que, democráticamente, estemos dispuestos a asumir. La Justicia, en España, no es ni más buena ni más mala que en otros países. Me refiero a países dotados de sistemas constitucionales cuyo espíritu esté cargado de civismo y respeto por el ser humano; sin embargo, sí que es mejor respecto de buena parte de nuestra Historia: en este caso, la evolución se ha dado a saltos, con altibajos significativos que nos fueron retrotrayendo en el tiempo. Por otra parte, nuestro Sistema Judicial actual, en su conjunto, incluidos nuestro Código Penal y nuestro Sistema Penitenciario, se fueron reconfigurando, a lo largo de estas tres últimas décadas, al modo y manera que los ciudadanos creímos conveniente, siendo nuestros representantes políticos, elegidos democráticamente, quienes le fueron dando forma. Grosso modo, se trataba de perfilar un Código Penal, que tuviese muy en cuenta quiénes serían los destinatarios últimos de su articulado, es decir, seres humanos. Como tales seres humanos, las penas impuestas, consecuencia de la ejecución de hechos delictivos, habrían de tener una finalidad acorde con los principios de civismo y humanitarismo, cuyo último objetivo es la rehabilitación de seres humanos necesitados de la sociedad para poder reintegrarse en ella. Ese, y no otro, se supone, ha de ser el fin que persiga nuestro Sistema Penitenciario. El por qué se establece que la sociedad haya de velar por la reinserción social de estos seres humanos, es el punto desde el cual seguir planteándonos si el modelo actual, de nuestros Sistema Penitenciario y Código Penal, tengan que ser modificados. Desde luego, si dejasen de tener ese objetivo, rehabilitar y reinsertar a seres humanos, estaríamos ante un retroceso enorme, una tristísima vuelta atrás, que a nadie beneficiaría, digo bien, a nadie. Pero, lo cierto y verdad es que cada vez más personas, o tal vez las mismas de siempre, abusando del dolor ajeno, con mucho ruido mediático, claman por los cumplimientos íntegros de las penas, cuando no por la reimplantación de la pena de muerte. Perversa argumentación la que suele salir a la palestra, se juega con el chantaje emocional, te plantean tu posición si te hallases ante situaciones trágicas como el asesinato de un familiar. Pues bien, en mi opinión, el hecho de que la sociedad se dote de unas determinadas herramientas, articuladas a través de su Sistema Judicial, no es sino el modo de autorregular y controlar las desmedidas reacciones que, como seres humanos, en esas ocasiones, nos ponen a todos en el trance de ejecutar las más malévolas actuaciones contra quien nos hizo daño. Obviamente, esas herramientas, se han ido incorporando desde la frialdad intelectual: no puede ser de otro modo, de lo contrario, desde el derrumbe moral, desde la rabia y la ira, individualmente, todos apostaríamos por los más crueles castigos. En definitiva, nada es imposible, por mucho que suponga un retroceso en la evolución moral del ser humano, pero, volviendo al principio, todo dependerá del modelo de sociedad que, democráticamente, deseemos.

Santos López Giménez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace poco, veíamos en televisión el triste aniversario de esta chiquilla que fue secuestrada, por una serie de personas sin escrúpulos, y asesinada. Mari Luz, así se llamaba si no recuerdo mal, estará ya donde Dios le haya comendado su próxima misión.

A raíz de tal desbarajuste encontramos como ciertos políticos intentan sacar su "as de la manga" y así, hacer reflexionar al cuidadano español sobre el tema de la "cadena perpetua". Es muy interesante debido a que el sistema que regula el código penal en España, según mi opinión, es paupérrimo ya que no es raro encontrar a un chico que, por robar una barra de pan para poder comer, es para mí es inocente en la calle y otros por pagar una fianza, después de haber matado a una persona, se ve "deseguida" (como decimos los panochos) paseando por la calle. ¿Señores y caballeros, pensais qué la libertad se compra? Yo pienso que uno se la gana porque para ser libre primero hay que ser un buen ciudadano y, como decía Aristóteles, el cuidadado es aquel que vive en sociedad recogiendo su cosecha y repartiendola con los demás y no JODIENDO al personal, en pocas palabras. En fin, yo pienso que se debería de poner esta ley para todos los delincuentes que no se merecen vivir dentro de un marco social y dejarnos de tonterías. ¿Pensais que si ésto hubiera pasado en EEUU, esta persona estaría viva? La respuesta ya la dejo en manos de quién quiera respondera.


Un saludo, soy José María Sola Durán.

Santos López dijo...

Jose, muchas gracias por participar con tu opinión en este modesto lugar donde la palabra tiene su hueco. La palabra, la mejor herramienta del ser humano para darse a conocer, para dignificar su existencia, de la única forma posible: dando la cara, dándola como tú acabas de hacer, expresando tu sentir ante un asunto que a toda la sociedad importa. Gracias, muchas gracias, Jose.