viernes, 29 de julio de 2011

...y III: prevalece la cordura.

Medio Ambiente frena la construcción de la senda turística en el río Quípar

Los informes técnicos de Medio Ambiente y Cultura acaban de dar un respiro a las nutrias del río Quípar, ya que frenan el proyecto de sendero ecoturístico junto al cauce que estaba a punto de construir la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) a petición del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, que pretende atraer visitantes al paraje del Estrecho de las Cuevas de la Encarnación.
La Dirección General de Medio Ambiente «considera conveniente no realizar el sendero dentro de los límites del Lugar de Importancia Comunitario (LIC) Río Quípar» puesto que podría afectar negativamente a la incipiente población de nutria, una especie en peligro de extinción que ha regresado a este cauce después de 25 años ausente. Los técnicos de la Dirección General de Medio Ambiente calculan que en las riberas del Quípar -en un tramo de 70 kilómetros, entre el Molino de la Encarnación y su desembocadura en el Segura- habitan en estos momentos entre 4 y 14 de estos mamíferos.
La Comunidad Autónoma recuerda que cualquier actuación que se realice en el entorno del río debe guardar una distancia mínima de 25 metros con respecto al cauce, y que además tiene que incorporar medidas correctoras «como pantallas de vegetación y adaptación máxima al terreno» para evitar «el abandono de este tramo por parte de la especie, con la consiguiente fragmentación de las poblaciones».
La Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura también rechaza la intervención humana en las riberas vírgenes del Quípar, aunque su informe se ciñe al tramo de la senda ecoturística que afecta al espacio catalogado Bien de Interés Cultural -unos 500 metros-, por entender que «altera negativamente el sitio histórico». Como alternativa, la Consejería de Cultura propone un «plan de reconstrucción ambiental» ligado a las excavaciones arqueológicas realizadas en el Estrecho, y la instalación de dos miradores con puntos de información: uno en el inicio del trayecto y otro junto a la Cueva del Rey Moro. Cultura propone también una intervención en el punto de confluencia de la antigua vía romana con la vaguada del Quípar, «para que se compatibilice el paisaje con el disfrute de los visitantes».
Un portavoz de la Confederación Hidrográfica del Segura, que aseguró hace dos semanas que el proyecto contaba «con todos los permisos de Medio Ambiente y Cultura», explicó ayer que «nos ceñiremos a lo que nos soliciten las autoridades medioambientales y culturales».
Una propuesta de los vecinos
El Ayuntamiento de Caravaca, por su parte, señala que quiere aportar a su proyecto de dinamización turística un criterio «respetuoso y ecológico». «Nosotros recogimos una propuesta de los vecinos de La Encarnación, pero deben ser los técnicos de Medio Ambiente y Cultura los que digan cómo hacerlo», explicó ayer la concejal de Medio Ambiente, Toñi Álvarez Jorquera.
La intervención de Medio Ambiente y Cultura se produce a raíz de una denuncia de los grupos conservacionistas Caralluma y Ecologistas en Acción, que alertaron acerca del impacto en el cauce del río y la población de nutrias de unas obras que se financian con fondos europeos y que afectan a un enclave con distintos niveles de protección: Bien de Interés Cultural (por los yacimientos arqueológicos del Estrecho de las Cuevas de la Encarnación) y Lugar de Importancia Comunitaria (por el espacio natural, con una valiosa vegetación de ribera y presencia de la escasa nutria).
El Estrecho de las Cuevas, en la pedanía caravaqueña de La Encarnación, es un espectacular desfiladero que desde la Prehistoria ha supuesto una importante vía de comunicación entre el Levante y Andalucía. La Consejería de Cultura dio a conocer la semana pasada los últimos hallazgos en las excavaciones arqueológicas que se realizan en el yacimiento, entre los que destacan los primeros vestigios de fuego dentro de una cueva en Europa.
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