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El escrito que ahora os comparto, me fue publicado en La Opinión el 14 de julio de 2003. Lo inserté en mi blog, Tal día como hoy, el 14 de julio de 2012. Con lo cual, las referencias a IDA, ese ser humano que consintió la muerte de más de 7000 personas mayores en residencias madrileñas, durante la Pandemia, no están presentes. Lo que si está presente es la estela de fascismo que aquella miserable compra de voluntades, por parte del Partido Popular, comprando a una diputada y a un diputado, socialistas ambos, dejó para los restos. Fue un momento clave, la Izquierda, en la sesión parlamentaria en la que se tenía que configurar el Gobierno Regional de Madrid, no pudo concretar el pacto que PSOE e IU ya tenían firmado. Los malnacidos y malnacidas del fascismo representado por el PP, representante del Capitalismo ramplón e inhumano (Florentino Pérez a la cabeza), verdadero dueño de esta sociedad a la que somete y soborna cuando lo precisa, tras una nueva convocatoria electoral se hicieron con una mayoría de la que jamás el pueblo madrileño ha podido desprenderse.
¿A quién beneficia lo de Madrid?
La persona a la que aludo en este comentario, ya no está en el menester comentado, sin embargo, ha hecho, y sigue haciendo, un daño horrible a la sociedad madrileña y española:
Pocas veces conviene poner ni quitar una coma a lo que escribí en su día. Sin embargo, lo que aquí se expuso, en aquella ocasión, bien que ha dejado unos lodos de fascismo e intransigencia, cuya adalid, Esperanza Aguirre, sigue arriba del todo como máxima expresión del desatino de un pueblo, el español, que deja en manos de desaprensivos seres humanos el control político de su futuro..., he ahí los resultados actuales, y no sólo por la miseria económica a la que nos están condenando, sino por la manipulación absoluta con la que gobiernan semejantes e indeseables personajes.
Pocas veces conviene poner ni quitar una coma a lo que escribí en su día. Sin embargo, lo que aquí se expuso, en aquella ocasión, bien que ha dejado unos lodos de fascismo e intransigencia, cuya adalid, Esperanza Aguirre, sigue arriba del todo como máxima expresión del desatino de un pueblo, el español, que deja en manos de desaprensivos seres humanos el control político de su futuro..., he ahí los resultados actuales, y no sólo por la miseria económica a la que nos están condenando, sino por la manipulación absoluta con la que gobiernan semejantes e indeseables personajes.
