martes, 2 de abril de 2019

Francisco, a vuela pluma

En fin, patochadas, y gordas, soltó alguna Francisco, la otra noche.

Visitar a un profesional si observas cosas raras en tu hijo, decía él (empleó sólo el masculino)..., una cierta homofobia resbalaba de su boca.

"No tengo opinión", dijo el estadista, al preguntarle por la gamberrada de un imbécil que, bajo el palio vaticano, se niega a que los huesos de un personaje histórico, malnacido y de infausto recuerdo, dejen de estar en el mausoleo que él mismo hizo construir con la sangre de sus víctimas.

Las unas y los otros, se modelan, y ayer, Ábalos, para no ser menos, hacía una más de las representaciones de trilero que le toca ejecutar, para convencernos de que Francisco se equivocaba al acusar a España de falta de humanidad al no dejar que los barcos de salvamento humanitario pudiesen zarpar. Pero, ni media palabra sobre concertinas le he escuchado.

Rezar fue la receta que quedó en el ambiente para casos de violaciones, tanto en el seno de la feligresía eclesiástica, como en la puta calle, donde chicas indefensas han de acarrear con el fruto de un malnacido sin que pueda deshacerse de semejante engendro de vida.

Esas, grosso modo, fueron algunas de las respuestas que le escuché. Es seguro que tú escuchaste otras, faltaría más.

Eso sí, la prensa pesebrera, esa que se indigna cuando se le acusa de estar al servicio de los poderes económicos, los cuales, a su vez, se articulan en torno a mafias políticas, policiales, periodísticas y religiosas, esa misma, no ha dicho casi nada de la respuesta en torno a las víctimas del fascismo en España, de eso, mejor no hablar, les han recomendado, les han exigido.

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Santos López Giménez