miércoles, 13 de mayo de 2020

La comarca del Noroeste y el agua



          
        Traslado a mi blog el escrito que ha dado forma a la intervención de hoy, 13 de mayo de 2020, la cual, desde Onda Cero Noroeste, se nos ha brindado a Unidas Podemos de Cehegín. 

       A su vez, dejo el enlace que os llevará al audio de mi intervención.    

Audio de la intervención, en Onda Cero, miércoles, 13 de mayo de 2020
            Preservar el medio natural es, ha sido, será, la primera de las consignas, el primero de los anhelos que el movimiento ecologista  mantiene a la vanguardia de sus propósitos. Dicho así, hay poco que objetar. Es más, dicho así, el capital, el poder económico, a la postre el político, que por más de dos décadas copa la administración de nuestra región, se siente comodísimo bajo dicho precepto.

        En el tiempo, entre los aspectos que a la miserable banda político empresarial la llevaron a movilizar capital y voluntades, pasando por encima de cualesquiera otros aspectos humanos y no digamos medio ambientales, encontramos uno que, en la comarca que nos da cobijo, adquiere una importancia mayúscula: el agua. Y lo hace bajo el amparo de una inercia de historia natural en sinérgica interactuación con la historia humana comarcal, y utilizando sus habilidades manipuladoras la convirtieron en una foto fija

         Tal fue el grado de instantánea inamovible que, los anhelos del movimiento ecologista frente a los movimientos vecinales, agricultores, ganaderos, propietarios en suma, y la clase política regional, al acecho, manteniendo la respiración, pero controlando el cotarro, generaron una suma de fuerzas fijada en blanco y negro, mientras el colorido atroz de la sinrazón, en materia de creación de nuevos regadíos, transformaciones salvajes del paisaje, con todo un catálogo de mafiosas prácticas, llevando agua allende los mejores postores, se convirtieron en hechos consumados sin que ninguno de los actores mencionados fuera capaz de moverse por si no salía en la foto.
             
        Obviamente, no todos mantuvieron la quietud del conjunto, los hubo que movieron ficha, que se desmarcaron de la idílica situación que el bohemio imaginario parecía determinar, y dejando un marmolillo a modo de don Tancredo, el idilio se expandió tal que si existiese una pura intención común, sin percibir que lo que realmente importaba era que nada cambiase para permitir las más perversas modificaciones mencionadas.
           
        Y ahí anda nuestra comarca, despoblada en aquellos recónditos lugares que un día tuviesen un equilibrio medioambiental en perfecta armonía con la presencia humana, incapaz de reaccionar adecuando ciencia y tecnología al momento actual, para sacar partido a los recursos que la sustentaron en el tiempo, dejada a la suerte del mejor postor, qué siempre fue y será el más dañino.