miércoles, 17 de octubre de 2018

La encina de La Pollera: la respuesta no convence (III)


                     Después de un año, y tras haber dejado por escrito que se precisaba de una respuesta pública a la corta de una encina, más de dos veces centenaria, en La Pollera, traemos las dos respuestas recibidas por parte de las administraciones local y autonómica.
Respuesta de la Administración Regional
Respuesta de la Administración Local
Más allá de las variadas consideraciones que ya en su día hiciésemos, hemos resaltado, en ambas respuestas, lo más significativo de las mismas. De cuya comparativa, y sólo ciñéndonos a lo que en ambos casos se resuelve, destaca, sobre manera, una apreciación, sobre el carácter de especie protegida que la encina tiene, ya que, en un caso, respuesta de la administración local, se afirma que carece de la misma; en tanto que en el otro, el que nos remite la administración regional, sí que se menciona ese carácter de protección que ha de tener, concediéndole la categoría de “interés especial”.
                     Nos reiteramos en las consideraciones que ya hiciésemos en su momento, y creemos que, frente a la peligrosidad a la que ambos escritos aluden, de la cual dudamos seriamente, duda que argumentásemos en su día con fotografías del tronco que quedase enterrado después de la corta, así como del estado que presentaba la encina 4 años antes de ser cortada, el caso es que, sea como fuere, en similares tesituras, en otras latitudes, se creyó por conveniente dejar al individuo en pie, con las consiguientes prácticas selvícolas realizadas sobre su estructura, de manera que no ofreciese peligro alguno a ocasionales viandantes, ni vehículos, que pudiesen ser víctimas de posibles desprendimientos o desgajamientos de su ramaje.
                  Creemos firmemente que, en todo caso, hablar de muerte de la encina, como ambas respuestas, local y regional, apuntan, es una temeridad que nos resulta del todo imposible de aceptar.
                  Por último, la forma en la que se desarrolló aquella corta, así como la posterior reacción de la Administración, nos llevan a realizar una reflexión en torno a cómo sería bueno que, de cara al futuro, se planteasen este tipo de decisiones, y se tengan en cuenta los aspectos emocionales que, sin duda, en esta ocasión, fueron literalmente olvidados y anulados: pudieron adoptarse otras medidas que nunca hubiesen entrañado este desagradable final para buena parte de la vecindad de Cehegín que, durante muchos años,  admiraron y gozaron de la presencia de aquella noble y preciosa encina. Todo ello, al margen del carácter público o privado del dominio que la alojaba, los bienes culturales, históricos o naturales han de estar muy por encima del mismo.

Matías Fernández Fajardo y Santos López Giménez

Pd: 

Cronológicamente:

         


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